Etiqueta: decisiones internas

  • Lo que puedo, lo que quiero y lo que debo

    Terminó la temporada de ópera en el Colón. Estuvo estupenda y gracias al abono y a que por esas casualidades que tiene la vida, en cada fecha estuve en Buenos Aires, la disfruté completa.

    Pero la pude haber visto mejor. Pude disfrutarla más. No lo hice porque “no debía”.

    El día en que se pusieron a la venta los abonos, había excelentes ubicaciones en la platea. No las compré, compré tertulia lateral (no quedaba central).

    Sentí que no debía comprar plateas, que “estaba muy cara” aunque podía pagarla. La ópera es una gran pasión para mí. ¿Por qué no compré platea?

    Probablemente por la misma razón que para la próxima temporada intente conseguir tertulia al centro.

    ¿Qué me pasa?

  • Los anteojos verdes que me gustaban…y no compré

    Hay un episodio de hace unos días que me quedó resonando:
    Fui a caminar al Parque Los Andes con un amigo. Estaba el mercado callejero.
    Me gusta mirar los puestos, en general como simple curiosidad.

    Pero esta vez, había unos anteojos viejos (usados) verdes.
    Me llamaron la atención: por la forma, por el color. Me los probé.
    Mi amigo me sacó una foto con ellos puestos.

    Dije “gracias”, los devolví y seguí caminando.
    Después él me mandó la foto por WhatsApp. Estaba muy linda.

    ¿Por qué no me los compré? Tenía el dinero. El precio no era un problema.
    Me quedé pensando en ese punto exacto donde me ignoro a mí mismo por dos segundos.
    Para resolver rápido. Para no decidir. Para seguir en piloto automático.

    No sé bien qué es, pero seguro hay algo ahí que habla de mí más de lo que tengo ganas de escuchar…
    y todavía no sé si quiero escucharlo.

  • ¿Cómo consumo cuando soy yo?

    Soy lo que soy y elijo lo que elijo

    Consumo como un reo, consumo como un pijo.

  • La soberanía ¿se trata de poder o de lucidez?

    A veces entiendo que hay límites que no dependen de mí. Los acepto, pero incluso ahí sé que tengo opciones.
    La aceptación no es rendición: es tomar conciencia de que no hay batalla posible y puedo elegir, igual, desde la lucidez.
    Ejerzo soberanía cuando enfoco mi fuerza en los lugares donde mis decisiones todavía pueden crear.